martes, 1 de septiembre de 2015

Bibliografia






http://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/valores/la-responsabilidad-educar-en-valores-a-los-ninos/

http://www.guiainfantil.com/1211/como-educar-en-valores.html

http://www.mercaba.org/ARTICULOS/E/educacion_valores.htm

http://valor-es.blogspot.com/p/la-escuela-y-los-valores.html

http://valoresdaviot2.blogspot.com/2009/06/5-valores-en-la-escuela.html


la responsabilidad

¿Qué significado tiene ser responsable para los niños?



La responsabilidad como valor social está ligada al compromiso. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas. Toda responsabilidad está estrechamente unida a la obligación y al deber. Ambos conceptos constituyen la materia prima de la responsabilidad.

Por medio de juegos o de actividades en grupos, es más fácil y más ameno, enseñar el sentido de la responsabilidad a los niños y estarán más dispuestos a entender sus 'deberes y obligaciones'. Ser responsable en el sentido global de la palabra significa:

1. Responsabilidad hacia uno mismo: Soy responsable de hacer realidad mis deseos, de mis elecciones y mis actos, de mi felicidad personal, de elegir los valores según los cuales vivo y de elevar el grado de mi autoestima.

2. Responsabilidad hacia las tareas a desarrollar: Soy responsable del modo en que distribuyo mi tiempo y realizo mis deberes y trabajos pendientes.

3. Responsabilidad en el consumo: Soy responsable de mis gastos, de cuidar mis cosas y de elegir los regalos de Navidad, cumpleaños...

4. Responsabilidad hacia la sociedad: Soy responsable de mi conducta con otras personas: compañeros de trabajo, familia, amigos y de comunicarme correctamente con los demás.

Pautas para que los niños aprendan a ser responsables

1. Cada vez que asignes una tarea a tu hijo/a y acepte el cumplimiento de la misma, es preciso que acepte cumplir también con la palabra dada.

2. Si te equivocas, acepta tus errores con humildad e invita a tu hijo a hacer lo que deba para volver a la senda correcta.

3. Enséñale el valor del autocompromiso. Es determinante en una persona responsable, ya que siempre se debe tener presente que se debe cumplir con las demás personas, sin olvidar que con la primera persona que se tiene un deber es con uno mismo.

la honestidad


La honestidad constituye uno de los valores más importantes en la formación de la personalidad del niño al ser la base de relaciones personales en las que la proyección hacia el otro implica un afecto personal desinteresado, y un respeto que se fortalece a través de las mismas interrelaciones.



Para desarrollar la honestidad en el niño es preciso formar nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, que los preparen para una conducta honesta, que es necesario aprender. Por su propio desarrollo evolutivo el niño de la primera infancia cree que todo le pertenece, que todo gira entorno a él, y por lo tanto, todos los objetos del mundo circundante son suyos, así como aprobadas todas las acciones para obtenerlos, este egocentrismo inicial va cediendo poco a poco a comportamientos mas socializados, que lo obligan a no mentir, a no utilizar medios no adecuados, para obtener lo que quiere. Es por eso que en la formación de una cultura de paz la honestidad se convierte en un pilar de la misma.

El saber que se puede o no se puede hacer, y que conducta es buena, es un aspecto fundamental en el desarrollo de la honestidad. Conocer porqué un comportamiento honesto logra buenos amigos y un reconocimiento moral, es básico para desarrollar este valor en los niños de esta edad. Esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los demás, sin esperar recompensa y solo por el hecho de hacerlo es importante para estos fines.



Como se destaca, la honestidad es un valor o concepto general que engloba otros más específicos, como es el respetar a los demás, no apropiarse de lo ajeno, ser sincero en las relaciones, no mentir, decir siempre la verdad. Es una cualidad bastante abstracta de comprender para un niño en la primera infancia, y que solo mediante comportamientos particulares logra poco a poco consolidarse como un valor general.

el compañerismo

¡¡El Compañerismo, Un Valor Importante!!



El Compañerismo: Se utiliza el término compañerismo para designar a un tipo de relación o vínculo que se establece entre compañeros y que tiene como características principales las actitudes de bondad, respeto y confianza entre los miembros que son parte de ella. El compañerismo es especialmente característico de cierto tipo de vínculos como por ejemplo las relaciones fraternales, las relaciones de camaradas laborales, los compañeros escolares, etc.

Para entender mejor el término compañerismo es necesario definir lo que es un compañero. En este sentido podemos alegar que un compañero es aquella persona con la que uno comparte determinadas situaciones, vivencias y sentimientos en uno o varios momentos de su vida. A lo largo de la historia de cada individuo pueden aparecer numerosos compañeros que están en determinados lugares o espacios y con los cuales se establecen diferentes tipos de compañerismo.

El compañerismo es un fenómeno tan importante para la vida comunitaria que es posible encontrarlo no sólo en los seres humanos si no también en muchas especies animales que viven en manada y que se necesitan entre sí para poder subsistir mejor en determinados medios.

Para que existan los lazos de compañerismo, es necesario que aquellos seres que lo reproducen tengan como objetivo primordial la defensa y el mantenimiento del bienestar de sus pares, de sus compañeros. Si bien hay muchas relaciones en las que un individuo puede estar interesado en el bienestar de otro, no siempre esto implica compañerismo ya que este último implica además una total y completa entrega, además de una actitud desinteresada, constante y profundamente solidaria. El compañerismo es aquello que une a personas que no pueden tener ningún vínculo sanguíneo pero que comparten tan profundamente algunas formas de pensar o sentir que pasan a considerarse directamente ‘hermanos del alma’.

El compañerismo es uno de los valores que la sociedad actual ha perdido en gran parte en comparación con otras épocas anteriores. Esto se debe especialmente a que hoy en día estamos inmersos en una sociedad en la cual los valores individualistas, materiales y altamente egocéntricos son considerados como representación del triunfo y del poder.

El compañerismo en sí, engloba otra faceta de vínculos entre individuos que trabajan y/o componen una serie de colectivos: Instituciones, Cofradías, Peñas, Asociaciones etc...y en las que existe armonía y buena correspondencia entre ellos y que siguen o corren las mismas vicisitudes; algunos componentes de algún colectivo solían decir " ..Los amigos los elijo yo y los compañeros la lista de miembros...”
Nos gusta la gente que se parece a nosotros mismos, que comparte nuestras aficiones, actitudes y valores.
También nos podemos sentir atraídos por personas que son distintas y que pueden darnos una perspectiva diferente y más fresca; aún así, para que la relación dure los amigos "opuestos" deben tener algo en común, y quizás encuentren ese nexo de unión en algún tipo de actividad, trabajo o , porqué no, en el sentido del humor.
Los amigos pueden ayudar a llenar necesidades de autoestima, (grado de aceptación de nosotros mismos) determinando la calidad de las relaciones  amistosas, valorándose la lealtad y la confianza; pero, sobre todo, se tiene que afirmar que en la amistad no se busca la "utilidad", sino que a ella se va más para dar que para recibir, aunque nada perfeccione tanto a un ser como dar a otro lo mejor de sí mismo. Todo el mundo quiere que una amistad dé calor y afecto, siendo importante el compartir bromas, diversiones, etc.


El Autoestima


El valor del Autoestima es la suma de la confianza y el respeto, por uno mismo. La confianza como pilar fuerte, ya que es la creencia en sí para afrontar todo aquello que se va dibujando poco a poco, o lo que aparece repentinamente. Y el otro producto es el respeto, que funciona como enganche del valor que debemos darnos nosotros mismos, a nuestro propio yo interior.



El autoestima puede ser una emoción que tenemos frente a nosotros mismos. Esta tiene dos fines completamente diseñados, que son:

La habilidad y la fuerza para afrontar, comprender y superar los retos y problemas de la vida.
El derecho al camino de la felicidad, es decir, el respeto y la defensa de nuestros propios intereses y nuestras propias necesidades.
Los seres humanos necesitamos pilares, metas y valores para poder apoyarnos y agarrarnos en diversos momentos y circunstancias de la vida, y así mantener el valor del autoestima.

Todo como ayuda para llegar a concienciarnos de nuestro valor, de nuestra propia dignidad, de nuestra capacidad, de la fuerza,…

Con la finalidad de tener autoestima y de llegar a afirmarlo realmente y creérnoslo. Porque si no se llega al punto de esta capacidad, sería imposible poder respetarnos a nosotros mismos y enseñar al mundo que nos rodea a hacerlo. Por ello, la importancia de esta simple palabra, pero a la vez complicada y con muchos laberintos como es: El valor del autoestima.



La escuela y los valores


Actualmente se habla mucho de la necesidad o la ausencia de los valores en distintos campos de la vida social, pero especialmente en la escuela. Todos tenemos, en el conocimiento y en la realidad de la vida, la experiencia de lo que son los valores. El valor es una terminología que se empezó a generalizar primero en un ambiente filosófico y después en el lenguaje común sobre todo en el último cuarto del siglo pasado.



Los valores valen y valen porque son. Son una realidad en el orden del ser, del ser real del ser de las cosas, del ser del hombre en lo individual y en lo social. En ese sentido entonces, el valor es una realidad que tiene tres características fundamentales primero, es una realidad que conviene; segundo, es una realidad que perfecciona; y tercero, es un realidad que se relaciona con todos los seres que hay en el mundo. 

Esto, en términos educativos, tiene una enorme importancia, si la educación ha de ser humanista, es decir, promotora de la perfección de los seres humanos entonces necesariamente deberá ayudar a promover los valores que convienen, perfeccionan y desarrollan a todos los seres humanos. 

Uno de los objetivos de la educación básica es proporcionar a los niños herramientas, conocimientos, actitudes, valoraciones y disposiciones éticas que les ayuden a participar de manera democrática y civilizada en su sociedad. 


Educación en valores


La educación es necesariamente normativa. Su función no es sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar en una cultura que tiene distintas dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, unas actitudes, unas formas de vida.


Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales.
A eso, a la formación del carácter, es a lo que los griegos llamaban "ética". Valores éticos son los valores "sencillamente humanos", de eso se trata, de recuperar el valor de la humanidad.
No obstante, los valores éticos están en crisis. Los valores siempre han nombrado defectos, faltas, algo de lo que carecemos pero que deberíamos tener. Según Locke, el malestar, la incomodidad que provoca el deseo de que la realidad cambie y sea de otra manera. Si estuviéramos plenamente ajustados con la realidad, no cabría hablar de justicia ni de valores como algo a conquistar, si se hace es porque no se reflejan suficientemente en la práctica.
Hoy por hoy, el crecimiento económico nos ha hecho creer que sólo vale lo que produce dinero. Decimos que la prosperidad económica no es más que un paso, necesario pero insuficiente, para lograr una mayor plenitud humana.

El bienestar es un fundamento ambivalente para la producción de valores éticos. Por una parte hay que darle la razón a Aristóteles cuando afirma que la virtud sólo es patrimonio de los seres libres, no de los esclavos, de quienes tienen tiempo para dedicar su vida a la actividad política porque otros y otras trabajan por ellos.